25.9.09

La gripe A me toca las narices.



De momento no tengo la gripe, ni la A ni la B ni la Z. No acabo de comprender la alarma generada y los mensajes apocalípticos lanzados por los responsables de sanidad. Según dicen esta gripe es más leve que la estacional, no obstante me hace pensar dos cosas, las dos ciertamente preocupantes.


O estamos más cerca de los que pensamos que un día un virus mutante cualquiera genere una escabechina tremenda en nuestra sociedad globalizada o estamos resistiendo el impacto de un márquetin “acojonante” y nunca mejor dicho lo de acojonante por lo acojonados que estamos los padres y las madres que tenemos hijos con patologías crónicas graves.


Ayer asistía a un espectáculo en televisión en el que mostraban los nuevos productos lanzados al mercado a la sombra de esta gripe y me parecía intuir un cierto tufillo a tele tienda.


Es evidente que con la salud de las personas no se juega, pero no acierto a comprender donde está la epidemia en México por ejemplo, donde parece ser que empezó, cerrando escuelas, restaurantes, hoteles, etc.


También me parece interesante razonar un cambio social que estamos observando. LAS AUTORIDADES SANITARIAS NOS RECOMIENDAN QUE NO NOS TOQUEMOS, no a nosotros mismos que esto nos lo prohíbe el Papa de Roma, quiero decir que nos demos la mano, ni saludemos dando dos besos en la mejilla, un abrazo, hasta aquí podíamos llegar.


Yo os informo que seguiré dando la mano y besando a quien me lo permita, porque puestos a coger alguna cosa, prefiero infectarme por una muestra de cariño que por un pasamano, picaporte o cualquier elemento común de los que tocamos cada día.


Besos y abrazos a todas y a todos, o como decía mi amigo Cesar, Besarkada bat. Una abraçada. Un abrazo.