12.7.06

La esperanza.

La esperanza es el sueño del hombre despierto.

Es mejor viajar lleno de esperanza que llegar.

Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol.

Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustrada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción.

Casarse por segunda vez es el triunfo de la esperanza sobre la experiencia.

Los vuelos naturales del espíritu humano no van de placer a placer, sino de una esperanza a otra.

En la mayoría de los hombres, las dificultades son hijas de la pereza.

Las grandes obras son hechas no con la fuerza, sino con la perseverancia.

Para poder enseñar a todos los hombres a decir la verdad, es preciso que aprendan a oírla.