1.11.09

Memento mori.


Ante tante arrogancia y egoísmo político en Pallejà, solo me viene a la cabeza esta reflexión. Memento mori.


Memento mori es una frase del latín que significa "Recuerda que morirás" en el sentido de "Recuerda que eres mortal". Suele usarse para identificar un tema frecuente, o tópico, en el arte y la literatura que trata de la fugacidad de la vida.


La frase tiene su origen en una peculiar costumbre de la Roma antigua. Cuando un general desfilaba victorioso por las calles de Roma, tras él un siervo se encargaba de recordarle las limitaciones de la naturaleza humana, con el fin de impedir que incurriese en la soberbia y pretendiese, a la manera de un dios omnipotente, usar su poder ignorando las limitaciones impuestas por la ley y la costumbre. Lo hacía pronunciando esta frase, aunque según el testimonio de Tertuliano[1] probablemente la frase empleada era:


Respice post te! Hominem te esse memento!


"¡Mira tras de ti! Recuerda que eres un hombre" (y no un dios).


También se usa esta frase para denominar a las representaciones de difuntos en la historia del arte.

Hasta Octavio los generales romanos que obtenían grandes victorias entraban triunfales en la ciudad de Roma .


Un gran desfile donde el plato fuerte para el pueblo romano era ver a los jefes de los ejércitos vencidos encadenados a sus esposas e hijos.


Al final del cortejo el general romano victorioso recorría triunfal el recorrido que el Senado romano le había concedido el honor de recorrer.

El carro del general triunfador era tirado por cuatro caballos blancos y además se acompañaba su marcha con músicos, bailarines y bufones.

El general vestía la toga picta y la túnica palmata, tomadas provisoriamente de la estatua de Jupiter Capitolino y era seguido de un esclavo (servus publicus) que mantenía sobre su cabeza la corona triunfal, mientras le susurraba al oído, en medio de las aclamaciones de la multitud:


"Memento mori" que significa "¡recuerda que eres mortal!".


Con esta frase el esclavo recordaba al general que acababa de conseguir el mayor honor que un militar romano podía imaginar su condición de humano.