Es evidente que en estos momentos las más de 6 millones de
personas que no tienen trabajo pueden decirme que lo primero es encontrar
trabajo, evidentemente, hoy por hoy, el drama terrible del paro, es el gran
problema. No obstante, en manos de una clase político totalmente superada por
la situación, podemos hacer algunas cosa.
Una de las más sencilla ya que solo requiere de nuestra
atención es analizar nuestras compras, valorando el lugar de producción de los
bienes adquiridos. Una economía basada en la globalización ha deslocalizado
mucha producción a países remotos, que en muchos casos no respetan las normas
básicas de seguridad, respeto al medio ambiente o incluso derechos humanos.
Consumamos productos que se produzcan cerca de nuestro
domicilio, o como mucho en el Estado Español. No tiene sentido que importemos
miles de toneladas de fruta y luego la producción local sea exportada a otros
países, o lo que es peor, destruida al considerarse excedente.
¿Sabéis cuantas
toneladas de patatas, cebollas o ajos importamos anualmente despreciando la producción
propia?
No es más barato traer productos de otros países o
continentes, lo que ocurre es que una parte del conste se externaliza y lo
pagamos entre todos, incluso una gran parte de este se lo transmitimos a nuestros
hijos y a nuestros nietos.
Consumamos responsablemente en todos los bienes de consumo,
pero cuando hablamos de productos frescos todavía más. Proximidad, kilometro
cero y consumir frutas y hortalizas de temporada, no lo agradecerá solo el
medio ambiente y la economía, también lo agradecerá nuestra salud, al consumir
los productos adecuados para cada época del año.
Un ejemplo del sinsentido de la economía actual. Según el
New Economics Fundation, en 2004 el Reino Unido importó de Alemania 1,5 millones de kilos de patatas, al mismo tiempo exportaba a Alemania la misma
cantidad 1,5 millones de kilos. Importó de Francia 10,2 millones de kilos de
leche y nata y exportó a Francia 9,9 millones de kilos de leche y nata. En ese
mismo periodo, el Reino Unido importó 17,2 millones de kilos de galletas
cubiertas de chocolate y exportó 17,6 millones de kilos del mismo tipo de
galletas.
Importó cerveza por un valor de 310 millones de libras y exportó cerveza
por un valor de 313 millones de libras. El Reino Unido también importó 44.000
toneladas de porciones de pollo deshuesado y congelado, al mismo tiempo que
exportaba 51.000 toneladas de porciones de pollo deshuesado y congelado.
Hace años en el trágico accidente del túnel del Mont Blac,
coincidieron camiones que transportaban agua embotellada de Italia para Francia
y camiones que transportaban agua embotellada de Francia para Italia.
Estos datos que pueden ser buenos para el comercio, no son buenos para las personas ni por descontado para el planeta. Debemos recuperar el sentido común en nuestra economía.
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