El informe Lugano II (Ed. Deusto) es ficticio pero su contenido es real. O, dicho de otro modo, ese supuestoreport encargado por quienes toman las decisiones en nuestro mundo, es el modo narrativo que ha buscado su autora, la economista y escritora Susan George, para describir un escenario muy real. Nuestro futuro, el de la gran mayoría de la población occidental, pinta muy negro, pero no porque hechos inesperados hayan causado una recesión de dimensiones desconocidas, o porque no sepamos cómo salir de ella. “Hay economistas como Paul Krugman o Joseph Stiglitz que se plantean nuestra situación pensando que quienes toman las decisiones están equivocados, que no tienen ni idea de economía y que no quieren escuchar porque están enrocados en ideas preconcebidas. La otra manera de plantearse la crisis es la mía: no, no están equivocados, sino que saben perfectamente lo que están haciendo”.
Desde esta perspectiva, George, presidenta de honor de Attac Francia, cree que los acontecimientos de los últimos años tienen que ver con una intención explícita por parte de quienes mandan para asentar su posición y conseguir aún más recursos. Que estamos inmersos en una guerra secreta y sigilosa de ellos contra el 99% de la población. Y la forman en que la van a ganar es la siguiente:
Austeridad perpetua
“El FMI publicó en 2010 un informe según el cual el PIB de los países de OCDE se había reducido un 5% a causa de la crisis. Se lo mandaron al G-20, que contestó con otro informe, que se supone que era confidencial, pero al cual tuve acceso, que aseguraba que el impacto negativo en el periodo 2008-2015 iba a ser del 20% del PIB. Creían que todo recorte de un euro sobre los presupuestos iba a tener una repercusión sobre el PIB de 50 céntimos. Ahora saben que el impacto real es de 1,7 euros. Lo saben pero no hacen nada, continúan con las mismas políticas económicas porque hay toda una ideología detrás”.
Si tienes un trabajo, confórmate, y si no lo tienes búscalo, pero no te quejes.
“Tendrá salarios más bajos, jubilaciones más pobres y descenderá su nivel de vida”. Veremos como la capa más amplia y estable de nuestra sociedad, la media, adelgaza irremediablemente, desplazándose hacia unas clases populares que volverán a ser absolutamente mayoritarias en la sociedad. Para George, si el plan de los poderosos se cumple, “las clases medias van a ser reducidas a una expresión mínima, y van a perder muchos derechos y libertades, los ganados con el estado del bienestar”.
Democracia, la justa
“La democracia no es algo dado, algo que tengamos de una vez por todas, sino que tenemos que ganárnosla. Tiene que ver con la acción y no con la posesión. Y lo que es obvio es que está siendo atacada por todas partes. No hay más que ver cómo en España se modificó la constitución en muy poco tiempo y sin consultar a la gente. O cómo se gestiona el poder en la Unión Europea”. Eso sí, no habrá problema con la libertad de expresión. “Quienes mandan te dejarán decir lo que quieras. Podrás colgarlo en internet”.
A trabajar. En lo que sea y cobrando lo que sea
Según George, nos quieren llevar hacia la sociedad de la conformidad absoluta: “Si tienes un trabajo, confórmate, y si no lo tienes, búscalo, pero no te quejes”. Vamos a vivir en un mundo “donde habrá muchos Walmart y muchas mercancías a bajo precio”, y el trabajo será una de ellas. “Volveremos a los años 30, cuando quienes estaban en la clase media podían tener a una mujer interna en casa por poco dinero. Nos cuentan que los empleos no son competitivos en Occiddente por los costes laborales, pero lo que no cuentan es que los dividendos que se dan a los accionistas están creciendo, y que algunos de ellos exigen un 15% de rentabilidad anual sobre el capital".
El anarquismo es una enfermedad adolescenteConvertir las protestas en irrelevantes
Según George, “quienes mandan no están cómodos con las protestas y serían felices si no existieran porque temen que en algún punto se produzca una explosión o una ruptura social”. Sin embargo, eso no significa que los movimientos actuales estén cambiando radicalmente las cosas. “Ocuppy Wall Street es no violento, lo cual es muy inteligente porque el 99% de la sociedad es no violenta, pero deberían estar preocuapdos porque hay cosas que no funcionan, como la falta de organización. Quienes mandan saben que el anarquismo no es peligroso. Los colectivos con poca democracia son muy negativos, pero también lo son aquellos que tienen mucha, porque debaten muchas cosas pero no toman ninguna decisión. El anarquismo es una enfermedad adolescente…”.
Se producirá más propaganda
“Hay una serie de ideas que los medios de comunicación nos han estado contando sobre la crisis y sobre lo que nos está ocurriendo que no se explican si no es desde la difusión de ideología. Nos han dicho continuamente que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, que la austeridad es el única solución y que los mercados son sabios y seguirán propagando esta clase de mensajes en el futuro”. Sobre la posibilidad de una comunicación alternativa, en la que se difundan noticias diferentes por otros canales, George señal que estamos en un momento ambivalente y la prueba es Intenet: “Es un buen medio, pero también hay mucha basura. Hay muchas opciones, pero la gente acaba navegando por la Red para ver cómo iban vestidos los premiados en los Oscar”.
Este es el escenario que espera a la gran mayoría de la gente, asegura George, si la reacción no se produce. No hay nada irreversible, y los deseos de los que mandan, que no forman parte de una conspiración, sino del mundo del puro interés, no tienen por qué cumplirse. Pero, para eso, debe existir una resistencia más extendida. “Nadie va a ayudar a la gente común, lo tenemos que tener muy claro”.
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