28.10.12

Construïm un nou sistema de convivència.


Quant algú hem diu que vivim en una democràcia li recordo que primer vivim en una societat capitalista, que fa servir la democràcia per elegir els seus representants.

Un sistema capitalista que valora les ciutadanes i ciutadans per el que poden comprar, tant tens, tant vals, i la resta no importa. Això vol dir que el sistema que hem triat per la nostre convivència es bàsicament injust. I aquesta injustícia tant sols ha estat compensada parcialment per tot el  que els partits progressistes i molt especialment en PSC a Catalunya, han treballar per construir una estructura de serveis socials que permeti igualar les oportunitats de totes les ciutadanes i ciutadans.

Un bon sistema de salut, accés a la formació en tots els seus aspectes, habitatge, transports i evidentment un sistema de pensions que dignifiqui la vida dels més grans. Això es el que hem construït en aquests darrers anys i ha estat la principal tasca. En els nostres ajuntament la construcció d’equipaments i serveis han estat la gran revolució, al Baix Llobregat on viles i ciutats desestructurades per la ma del¡especulació del franquisme, son ara exemple d’oportunitat i de convivència. A estat la revolució social, socialitzar la cultura, l’esport, l’assistència social, etc.

Ara toca la segona revolució, hem de construir un sistema social que reguli l’avarícia infinita de l’especulació basada en el sistema capitalista, hem de construir novament una estructura publica econòmica potent:

El fracàs del sistema bancari ens ha de permetre nacionalitzar totes les caixes d’estalvis i els bancs amb problemes. Si posem diners públics per rescatar-los, han de quedar en mans de l’Estat. Un bon sistema bancari públic ens permetrà regular l’accés al crèdit, prendre el control de l’economia d’aquesta nova societat.

Construir un veritable Estat Federal, desmantellant les institucions que dupliquen o tripliquen competències. Europa, Estat Central, Autonomies, Diputacions, Consells Comarcals, Ajuntaments, no poden ser suportats per una economia sostenible. Modernitzant l’Estat amb la desaparició del “Reino de España” i l’aparició de manera real de l’Estat Espanyol, un estat federal i laic.

Supressió del concordat amb la Santa Seu, i repercussió d’impostos i aplicació de la llei a tores les religions. Els ciutadans son iguals i per tant el fet de declarar una creença, no pot permetre que això marqui diferencies.

Destinar els diners públics als sectors públics amb l’eliminació de la gestió privada dels serveis públics. Una societat amb una escola publica de qualitat, no fa necessari cap mena de concertació amb sectors privats. Una sanitat publica ha de ser veritablement publica i no la gestió concertada dels recursos públics. No podem renunciar a la gestió publica dels sectors públics.

Recuperació del control dels sectors estratègics. S’ha demostrat que la gestió privada dels grans sectors vitals per la nostre economia com l’energia, les comunicació i els transports, no genera cap benefici per la ciutadania. Recuperem la seva gestió i controlarem els motors de l’economia.

Podem seguir construint, pro ara toca racionalitzar i parlar clar, reconeixent que algunes de les solucions proposades per l’economia de mercat i el neo liberalisme econòmic, no funcionen. Tal i com el sistema comunista totalitari i centralitzat va desaparèixer, el capitalisme ne liberal esta mort. No insuflem cap recurs més en un sistema que no reportarà cap benefici a la nostre societat. Construïm una economia sostenible, una estructura política eficient i orientada a les persones i una societat més justa basada en una economia sostenible.

17.10.12

España naufraga... ¿llegará el rescate?



En estos días se está discutiendo largo y tendido acerca de la necesidad y conveniencia de que España solicite el rescate. Analizamos qué medidas pudieran tomarse y las consecuencias para sus inversiones.

Operación de salvamento, ¡ya lo hemos visto!
Dicen que para cruzar un campo de minas lo mejor es ver cómo lo hacen otros y seguirles… de lejos. Más de dos años han pasado ya desde el primer rescate de Grecia, y a punto están de cumplirse en el caso de Portugal. Pero ¿les ha servido de algo? Pues lo cierto es que a sus ciudadanos el modelo de rescate aplicado les ha servido de muy poco. El desempleo, cerca del 12% en el momento del rescate, ronda ahora el 15% en Portugal y el 24% en Grecia. Sus economías siguen en recesión con decrecimientos aún mayores (-3% y -6% anual respectivamente). En cuanto a las inversiones, tampoco hay demasiados motivos para el jolgorio. Salvo la bolsa irlandesa que, plagada de holdings internacionales y financieros, ha logrado remontar, tanto la lusa como sobre todo la helena han seguido cayendo. Los tipos de interés no se han calmado en absoluto. En Portugal p.ej. en diciembre pasado los tipos rozaban el 18% – duplicando los que había en el momento de la intervención –, y a día de hoy las primas de riesgo siguen asustando: la de Grecia ronda el 18% y el 7% la de Portugal, frente al 4% de la española.

¿Y para nosotros?
Parece muy poco probable que a España, cuarta “potencia” dentro de la zona euro, pueda aplicársele una receta similar a la de Grecia, Irlanda o Portugal, tres países que en su conjunto apenas alcanzan la mitad del tamaño de la economía española. La razón es simple: la cantidad de fondos a involucrar en el caso español resulta políticamente inaceptablepara los países más fuertes de la eurozona y financieramente insostenible para el resto – máxime si, tras la solicitud española, Italia se sumase al carro –.
• Así pues, descartada por similares razones la “solución Eurobonos” por la que los países del norte respaldarían la deuda de los países del sur como si de un único emisor se tratase, y dado que las millonarias inyecciones de liquidez desde el BCE (Banco Central Europeo) solo sirvieron en su día para dar un soplo de aire fresco a la banca, ahora desde el BCE se ha diseñado un ambicioso programa de compra de deuda que pueda sacar las castañas del fuego a España.

¿El guión está ya escrito?
Todo apunta a que ya está marcada la senda que seguirá nuestro Gobierno en las próximas semanas. El 28 de septiembre se publicarán las auditorías realizadas por Oliver Wyman a la banca española. El guión dice que se conocerán las necesidades individualizadas de cada entidad y la “troika” (BCE, Fondo Monetario Internacional y Comisión Europea) liberará entonces el primer tramo de 30.000 millones de euros como ayuda directa a la banca, algo que merece un análisis más profundo a realizar cuando se conozcan las condiciones. Por el momento, manténgase alejado del sector financiero.
• Entonces tendríamos las manos libres para solicitar el otro rescate, el “suave” de petición al BCE de compra de deuda española. Por ahora, su mero anuncio ha relajado la presión sobre la deuda patria. Nuestros tipos a largo, desde ese 7,5% de julio pasado han caído hasta rondar el 6%. Relajación que, contagiada al sector privado, ha sido aprovechada por las empresas españolas para financiarse. Ahora bien, dar este segundo paso, con el que España ya no debería preocuparse por pagar intereses “abusivos” por su nueva deuda, conlleva presentar un plan de ajuste creíble y supervisado desde el exterior, algo que políticamente resulta difícilmente digerible por cualquier gobierno.

¿Sería una solución?
Aun venciendo las reticencias políticas, el hecho de solicitar la ayuda prevista por el BCE no acabará con la austeridad ni con la crisis económica. Incluso con las nuevas emisiones gratis (o por debajo del 2% como pagan los alemanes), será insuficiente para equilibrar las cuentas públicas. El dinero barato no relanzará el consumo de los hogares, endeudados y castigados por el paro. Tampoco la morosidad – que emponzoña el sistema bancario y que ronda ya el 10% – desaparecerá de la noche a la mañana. España seguiría soportando un doble déficit: el público y el de nuestra balanza comercial, algo insostenible en el largo plazo.
• Eso sí, la acción de las autoridades europeas está lejos de ser inútil. Al reducir la presión de los mercados, se nos da tiempo para tratar nuestras muchas enfermedades, entre ellas la falta de competitividad. Pero seamos claros, los próximos años seguirán siendo difíciles. Baja actividad y desempleo masivo seguirán marcando una agenda de austeridad jalonada de nuevas reformas.
• La Bolsa sufrirá altibajos y solo una salida de la recesión económica implicará una recuperación consistente.
• Por el lado de la renta fija, la voluntad política de que los tipos no se desboquen al alza, los mantendrá en torno a los niveles actuales o los llevará incluso más abajo si se solicita el rescate “suave”. Por ello, seguimos recomendando mantener las obligaciones españolas.

Publicado en OCU Ediciones, S.A.

9.10.12

Yo quiero ser independiente


Cada día deseo más la independencia, la independencia de un gobierno que le roba a los pobres para dárselo a los ricos, la independencia de unos jueces que son meros monigotes de poderes antidemocráticos o simplemente predemocráticos, la independencia de unos medios de comunicación mentirosos, fascistoides y que no tienen ningún escrúpulo en manipular a unos ciudadanos que en algunos casos, se comportan con eternos adolescentes.

Yo quiero la independencia, pero la quiero de esta gente.

Independencia de un sistema capitalista, colapsado por la avaricia de los sectores financieros y su obsesión por acumular riquezas y rentabilidades.

Independencia de un Partido Popular que manipula, miente y engaña a los electores, escondiendo sus verdaderas intenciones y aplicando un programa de recortes, para el que no están legitimados.

Independencia de CIU, que arrastrada por una estrategia política de culpar a España de los recortes que ha aplicado, desmantelando gran parte de los sistemas públicos de nuestra sociedad, se ve arrastrada a un discurso en el que no cree, solo para ganar cuatro años más de mandato, en los que seguirá robándonos la sanidad y la educación pública y toda la estructura de servicios públicos que tantos esfuerzos ha costado a nuestras padres y abuelos y a nosotros mismo.

Quiero independizarle del banco, que engaña a sus clientes con productos oscuros y letra pequeña, aprovechándose de la confianza de personas mayores o poco informadas.

Quiero independizarme de una Policía Nacional que actúa con saña contra los que debería proteger, porque en una democracia, protestar no es ilegal, protestar es una obligación justa y necesaria y especialmente en estos momentos.

Por eso no quiero la independencia que me propone CIU, porque está basada en la mentira y el egoísmo.

Por eso no quiero la independencia que me propone ERC, porque está fundamentada en el racismo.

Por eso no quiero la independencia de colectivos interesados, que en su imaginario creen que un supuesto Estat Catalá, les permitirá prevalecer sobre los intereses comunes y mantener sus injustos privilegios actuales.

¿Queréis ser independientes? Pues seamos independientes de verdad, pensemos con independencia, actuemos con independencia y apoyemos la independencia individual de todos los ciudadanos y ciudadanas.

1.10.12

“Rebajar salarios es un error”




"El riesgo es que las reformas laborales creen poblaciones de pobres que trabajan”

Guy Ryder (Liverpool, Reino Unido, 1956) toma hoy posesión como décimo director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que aglutina a Gobiernos, sindicatos y organizaciones patronales. Su elección —antes fue secretario general de la Confederación Sindical Internacional— es significativa cuando el paro golpea en muchos países.
Pregunta. ¿Hasta cuándo durará la crisis de empleo?
Respuesta. El punto de partida es deprimente, más de 200 millones de parados en el mundo. Y el futuro es pesimista. ¿Cuánto tiempo? Depende de las políticas nacionales y regionales en Europa, y también de la eficacia de la cooperación en marcos como el G-20.
P. ¿Y está Europa aplicando las medidas correctas?
R. La política europea últimamente ha sido una combinación de recortes y reformas en el mercado de trabajo, también en España. La experiencia demuestra que políticas de flexibilización cuando falta crecimiento no son solución. Hay que moverse en otra dirección. Nadie duda de que haya que consolidar las finanzas públicas, pero el cómo y el ritmo tendrá que tener en cuenta los efectos laborales y sociales, y la realidad de que no se rebaja el déficit sin crecimiento.
P. Pero la crisis de empleo no llega solo por los problemas financieros, también por la competencia de países emergentes.
R. No creo que la salida de la crisis pase por la bajada de los salarios a niveles de pobreza. En Europa, una de cada dos familias que vive en la pobreza tiene al menos una persona que trabaja. Hay un gran peligro de que las reformas laborales creen una población de pobres que trabajan y ese no puede ser el objetivo. Si uno trabaja, tiene que poder vivir de forma decente. La idea de que en Europa es necesario rebajar salarios y condiciones de trabajo, incluso disminuir derechos fundamentales laborales, es un error. El futuro de Europa en una economía globalizada no consiste en rebajar la calidad del empleo al nivel de otros países. Hay otro camino: invertir en educación, calidad de mano de obra y transformaciones en el sistema productivo.
P. Incluso en países europeos que compiten con éxito hay empleo precario. Alemania tiene más de siete millones de personas trabajando por 400 euros al mes.
R. Alemania tiene un alto nivel de vida y salarios más que aceptables en la mayoría de los casos. Es el ejemplo de que una economía organizada así puede concurrir con éxito en los mercados internacionales. Dicho esto, Alemania tiene margen de maniobra para subir los salarios y hacer políticas más expansivas.
P. La semana pasada hubo protestas en España y en Grecia. ¿Puede ir a más la tensión social?
R Sí. Y es normal. En Grecia, una de cada tres personas vive en la pobreza. En España, y es extraordinario, las protestas han sido de carácter pacífico.
P. ¿Qué se puede hacer?
R. Dar prioridad absoluta a la creación de empleo, sobre todo en los grupos más afectados, los jóvenes. La experiencia demuestra que se pueden ofrecer medidas para activar en el mercado laboral a jóvenes que no están ni en formación ni ocupación. Hay que financiarlo, pero el coste es factible. Y da frutos pronto.
P. ¿Y qué puede hacer la OIT?
R. Desde 2009, tenemos asiento en el G-20. Voy a intentar, en este marco, poner el empleo en el centro de las políticas internacionales. Otro campo de acción es el nivel nacional. En Grecia, tras las medidas recomendadas por la troika, los sindicatos presentaron una queja que dio lugar a un proceso en el que participé. Si la OIT hubiera estado antes en el proceso con la troika las cosas habrían salido mejor.
P. España ha aplicado tres reformas laborales en esta crisis, la última muy profunda, y se sigue destruyendo empleo.
R. España ha tenido que responder a dos crisis: la financiera y la del modelo productivo. Ha intentado contestar con recortes y reformas. Nadie niega la necesidad de la consolidación fiscal. También es importante que haya reformas laborales, pero que pasen por el diálogo social, como con las pensiones...
P. Se intentó tres veces y nada.
R. Lo sé. Lo que tenemos en España hoy es una recesión, los niveles de vida están bajo presión. Incluso la CEOE reconoce que la falta de demanda es preocupante. Hay que cambiar las realidades y buscar la forma de reactivar procesos de crecimiento e inversión, y no creo que eso pase por la simple continuación de las mismas políticas.
Publicado en El País, 1 de Octubre de 2012.