El nombre de las cosas.

A veces, algunos responsables municipales, llevados por su arrogancia piensan que pueden modificar el nombre de las cosas. En los últimos tiempos hemos observado como al amiguismo y la endogamia le llaman política de empleo, como contratar a dedo quieren que sea sinónimo de igualdad de oportunidades, o como malgastar el dinero público, quieren que sean gastos de representación.

También hemos conocido a alguno que ha gastarse el dinero de las vecinas y vecinos de Pallejà con llamadas no justificadas desde el teléfono móvil del ayuntamiento, le llama problema familiar.
Estos días hemos vivido una situación peculiar en Pallejà, como una especie de unanimidad dictatorial del equipo de gobierno ha pasado a denominar “Plaça de les Dones” al espació que todos llamamos “Plaça de l’Estació” i algunos “Plaça de l’Esglesia”

Jo prefiero Plaça de l’Estació, especialmente porque le llamamos así y así la seguiremos llamando. Creo que el reconocimiento a Les Dones, es tan importante, que debería estar libre de estos debates, creo que cuando se decide honrar alguna cuestión, también debemos valorar el resultado de la acción y la opinión de las vecinas y vecinos de Pallejà, porque de no ser así, nos pasa eso tan habitual en nuestro pueblo, que dos buenas noticias se convierten en una mala.

Últimamente les pasa demasiado a menudo, además deberíamos tener cuidado con el mobiliario urbano, la plaquita de marras con el nombre ubicada junto al acceso de la estación por la Plaça de l’Estació, digo de l’Esglesia, digo de les Dones, incumple claramente la normativa y el sentido común y se convierte en un peligro para nuestro hijos.

Decíamos hace tiempo que este gobierno municipal tiene más peligro que un mono con una ballesta.